LOS SEGREGANTES Y EL AUTOENGAÑO SOCIAL - Mente Filosófica

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domingo, 23 de diciembre de 2007

LOS SEGREGANTES Y EL AUTOENGAÑO SOCIAL

autoengaño social




Muchas personas no reconocen en sí taras y defectos escondidos en el fondo de su subconciente; algunas personas simplemente no se dan cuenta de ciertas cosas porque su capacidad intelectual o las circunstancias de su existencia se lo impiden, hay otras en cambio que si podrían darse cuenta pero no lo asumen, es entonces en que la palabra hipocresia, aparece en su más genuina expresión.



Los seres humanos son por su naturaleza lo que yo llamo "segregantes", discriminan a lo que este fuera de su rango de normalidad, esto es algo que está ya en la información genética, pero que con estudio y perseverancia es posible descubrirla y tratar de bloquearla, más eso es prácticamente imposible para quien cree ser muy bueno y sin defectos. Uno puede ver en esta sociedad muchas personas, hombres y mujeres por igual que se sienten grandes señores, aun con todas las telarañas de prejuicios que llevan alrededor.



Sólo toquemos un ejemplo en está ciudad multiracial que es Lima, si hacen una encuesta preguntando a la gente:
¿Existe racismo en el Perú? o ¿Somos racistas los peruanos? el 90% de los encuestados dirá probablemente que si, que existe mucho racismo, lo mismo pasaría si la pregunta fuera referido a si somos homofóbicos o no.



Pero donde veo yo, que está la hipocresía y el AUTOENGAÑO SOCIAL, es en el simple hecho de que si las encuestadoras hicieran a la vez la pregunta al encuestado: ¿Es Ud. racista u homofóbico?, probablemente casi el 100% te respondería que ellos no. Quiere decir que todos esos angelitos encuestados da la casualidad que pertenecen al grupo no racista, osea al 10%.



Pues justamente allí está el autoengaño social, no reconocemos que en alguna medida existe esa tara en nosotros, discriminamos y como si nada negamos con la cabeza. Algunos que conocen lo que es la empatía y preparan más su mente probablemente tengan una mejor opción de superarse en ese aspecto ¿pero los otros? osea la gran mayoría, al parecer sólo se seguirán autoengañándose indefinidamente.



El no reconocer nuestras fallas, fobias, miedos, así como nuestro carácter segregacionista nos hace incapaces de poder superarlos ¿cómo podríamos hacerlo si pensamos que estamos limpios? Muchos creen que es suficiente con tener amigos de color o gays, no se trata de algo tan simple como eso, nuestro instinto que discrimina va más allá, así pues se puede discriminar por la posición social, por la cara que tienes, por la forma en que te vistes, etc. En los seres humanos muchas veces cualquier aspecto que salga del rango de normalidad establecido por la sociedad, es motivo para la discriminación.



Así pues, no se debe creer mucho en aquellos personajes que a cada momento se echan bombos y platillos así mismos, diciendo: yo soy honesto, soy una persona intachable, pulcra, incapaz de discriminar etc. No se debe dar mucha credibilidad a quien sale a decir eso de sí misma, menos cuando nadie le ha cuestionado lo contrario, esos personajes, políticos, muchas veces son el ejemplo más claro del AUTOENGAÑO SOCIAL.



El conseguir dejar atrás la etapa del segregante, por naturaleza discriminante, sólo puede ser lograda mediante un autoexámen crítico pero sincero de nuestra conducta, sólo en la honestidad consigo mismo, es posible, superarse, y con la frente alta sentirse bien, sin necesidad de decirlo a alguien , ni esperar a que nadie te de una aprobación.



Sentir que se es una persona justa y de mentalidad abierta para la autocrítica cuando se requiera, es una satisfacción personal muy grande. Cuando nuestra conciencia está libre del autoengaño social, la perspectiva de confianza y seguridad que proyectamos es genuina, no la falsa confianza proveniente del culto a la imágen dependencia de artistas de Tv, periodistas y políticos, sino la confianza del que sabe que posee un valor intrínseco trabajado, algo que ha sido forjado por su propia inteligencia en base al estudio, la autocrítica, y el amor por sí mismo.



Mardam

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