El taoísmo es una filosofía milenaria basada primordialmente en el Tao Te King que la tradición atribuye al filósofo chino Lao Tsé que busca ampliar la visión del mundo y llenarnos de sabiduría para iluminar nuestro día a día.
Las enseñanzas del
Taoísmo parten del concepto de unidad absoluta y al mismo tiempo mutable
denominado Tao (vía o camino), que conforma la realidad suprema y el principio
cosmológico y ontológico de todas las cosas.
El Taoísmo
establece la existencia de tres fuerzas: una pasiva, otra activa y una tercera,
conciliadora. Las dos primeras se oponen y complementan simultáneamente entre
sí, es decir que son interdependientes de manera absoluta y funcionan como una
unidad. Son el yin (fuerza pasiva/sutil, femenina, húmeda.) y el yang (fuerza
activa/concreta, masculina, seca). La tercera fuerza es el tao, o fuerza
superior que las contiene.
Existen muchas
frases de esta filosofía que se pueden atribuir a diferentes de etapas por las
que estemos atravesando, es decir, tienen diferentes significados que se pueden
descubrir de acuerdo a las circunstancias.
A continuación, algunas de las frases célebres del Taoísmo establecidas principalmente Lao Tsé que funcionan
como mantras para las situaciones difíciles:
“Si no puedes avanzar una pulgada, retrocede un pie”. En el taoísmo es fundamental el concepto de fluir. Esto nos indica
que, si hemos tomado un camino lleno de obstáculos, no vale la pena luchar
contra la corriente. Se necesita un momento para evaluar la situación,
retroceder y comenzar un nuevo rumbo. Estas filosofías milenarias para iluminarnos nos enseñan que no siempre
es necesario cambiar de objetivo sino el trayecto que hacemos para llegar a
ellos.
“La perfección es la voluntad de ser imperfecto”. Esta frase se relaciona también con el concepto de fluir, donde debemos
sacar lo mejor de nosotros sin pretender ser perfectos en todo lo que hacemos.
La perfección genera estándares muy altos que nos obligamos a alcanzar,
consumiendo toda la energía y cargándonos. Debemos relajarnos y dejar fluir
nuestras acciones, algo que nos hace muy auténticos.
“Aquello
que para la oruga es el fin del mundo, para el resto del mundo se llama
mariposa”. Esto nos dice que, cuando nos sumergimos completamente en los
problemas, no podemos ver las soluciones. Entonces nos cargamos de cosas
negativas que le dan una visión catastrófica a las oportunidades para enfrentar
las adversidades. Los problemas se pueden analizar desde diferentes puntos y no
siempre el nuestro es el más óptimo para seguir.
OTRAS FRASES DEL TAOISMO
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