Faltan pocos días para que el pueblo norteamericano elija a su nuevo presidente, Barack Obama y John MacCain se disputan ese privilegio, luego de una campaña intensa de ambos con debates mediaticos poco trascendentes.
Obama al parecer tiene la mejor chance, para convertirse en el primer presidente negro de los Estados Unidos, algo que en algunos sectores de la sociedad americana que apoyan a MacCain genera una cierta segregación, así pues, ese pueblo norteamericano tan identificado con los ideales de libertad e igualdad, guarda en sus entrañas inevitablemente aun una gran dosis de racismo disfrazado ante los ojos del resto de mundo.
A nosotros los latinoamericanos no tendría que importarnos mucho en realidad el resultado de estas elecciones a la luz del sombrio interes que han mostrado ambos candidatos con respecto a esta parte del continente, no obstante se debe reconocer que Estados Unidos es una potencia y muchas veces las cosas que suceden allá afectan en alguna medida a los países que tienen relaciones bilaterales fuertes por cuestiones de inversiones o migración.
MacCain, tiene la desventaja de cargar la cruz que ha dejado en la opinión pública el desastroso gobierno de ese incompetente (siendo super benévolo) George W. Bush, ese es el gran peso en contra que MacCain quizás no alcance a sostener, Obama ha aprovechado eso, sobre todo porque su mensaje ha llegado a los sectores más jovenes que pretenden un cambio, no importando que algunos consideren al senador demócrata un socialista casi comunista.
Esperemos pues que resultado se da finalmente y luego comentaremos a ver cuales son las perspectivas para el futuro de los norteamericanos y la incidencia de un gobierno demócrata o republicano en Latinoamérica.
MARDAM
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