RECORDANDO NUESTRA RAZON DE SER - Mente Filosófica

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viernes, 23 de enero de 2009

RECORDANDO NUESTRA RAZON DE SER

No me canso de releer cada cierto tiempo EL TRATADO DE MELQUISEDEC de Alan Houel, es un texto muy profundo en sus mensajes, pues nos hace recordar que llevamos consigo el potencial necesario para conseguir la felicidad.


melquisedec


Me permito extraer algunas páginas de este magnífico libro para compartirlos con Ustedes.

Una razón de ser sin objetivo es como un agricultor sin
tierra o un pintor sin pinturas de colores.
Para estar de acuerdo con su naturaleza, el agricultor
necesita la tierra para cultivar, y el pintor requiere de
un lienzo sobre el cual expresar su talento.
Igual es, para que realizar tu tarea esencial, tienes
necesidad de un campo de acción.
Saber quién tú, eres, no es suficiente para alcanzar la
leyenda personal. Por esto, es preciso imperativamente,
saber qué es lo que tú, deseas; fijarte objetivos y
trabajar para lograrlos.
Para elegir tus objetivos, comienza por hacer una lista
completa de todos tus deseos. De todo aquello de lo que
te arrepentirías, de no haber hecho, haber tenido, haber
sido; si llegaras al final de tu vida sin haberlo
realizado.
Sobretodo, no te preguntes si esta lista es razonable.
Tampoco busques establecer orden de prioridades.
Autorízate a soñar y has la lista más completa posible,
el resto vendrá por añadidura.
Tus sueños y tus deseos sólo deben ser por ti conocidos.
A todo lo largo de tu vida se te ha podido haber
repetido:
“Eso no es posible; es preciso tener los pies sobre la tierra.
¿Por quién te tomas”
El momento ha llegado de ponerte al abrigo de los
“extingue-sueños” y dejar libre curso a tus deseos, los
más locos y los más secretos.
Si no lo logras, pregúntate:
“Si, por magia, tuviese yo todos los poderes, todo el tiempo
y todo el dinero necesario, ¿qué es lo que desearía hacer,
tener, y ser?”
Al momento de hacer la lista, te preguntas quizá, de
cuánto tiempo de vida, dispones.
Cualquiera sea tu edad, eso, nadie lo sabe.
Tus verdaderos límites temporales, están al interior de
ti mismo.
A cuántos años adelante, eres capaz, de imaginar tu
futuro, es decir, ¿Cuál es tu horizonte, temporal,
máximo?.
Considera que algunos son capaces de imaginar su vida en
otras dimensiones, más allá de su muerte física.
¿Es que el tiempo es para ti, un fenómeno circular que se
repite regularmente, sin gran cambio? O bien, ¿es una
línea recta abierta a un horizonte más o menos lejano?.
Tus objetivos te llevan a través de la vida; más aún, tú
serás capas de verte funcionar lejos en el futuro, y aún
más, tú podrás tener un vida riquísima.
Si a pesar de todos tus esfuerzos, tu lista de deseos no
sobrepasa de siete, es posible que hayas dejado dormir
tus sueños, a fuerza de repetirte que no eran razonables.
Ha llegado el momento de preguntarte:
¿Quién dice lo que es o no razonable?
Quizá tienes necesidad de ascender al interior de ti
mismo para ser capaz de gestionar cosas más grandes al
exterior de ti.
Está agradecido si con tu deseo viene un proyecto de
sinrazón. Pues todo verdadero progreso es obra de hombres
y mujeres sin razón, pero con lógica.
Autorízate a soñar en grande, a imaginar locuras, sin
ocuparte del “¿qué dirán?”
Mientras más grande sea tu sentimiento de impotencia
interior, más grande serán tus aspiraciones y más grandes
tus realizaciones.
A mayor desafío, mayor recompensa.
Sé, sin razón y entonces, tu vida será fantástica.
Impotencia. Cuando ya todo se ha intentado, y nada ha sido posible, lo imposible se torna
posible. La impotencia frente a lo realizado según el ¿Qué dirán?, y la insatisfacción de la
imposibilidad de satisfacer a ese Otro Omnipotente, llevan al descubrimiento de que ese Otro
Omnipotente, no existe, y que sólo existe, lo que Tú, puedas hacer, inventar, crear, realizar, a tú antojo,
que es la única lógica válida, la lógica de tú, deseo. Entonces, la potencia, es de otra naturaleza, que el
mal llamado “poder”, eso que anima a la realización de un deseo que se ha encontrado ser esencial, es
realmente, la verdadera potencia, es la posesión de la verdad personal.
La sin razón, es la locura. Pero ¿y quién puede decir, qué es lo razonable?. El autor lleva por la vía,
del “no piense, haga” “No piense, hable”, “deja que la verdad a través de ti, emerja”, “ten presente
que la verdad, no emerge, precisamente, en lo razonable”. En lo razonable emerge, lo que imaginas
que el Otro Omnipotente, desea que tú hagas. Y allí, al imaginar, que es el Otro Omnipotente quien te
ordena, te pierdes.
Al momento de fijar tus objetivos, es importante,
sobretodo, dejar de preguntarte “cómo” lograrás
realizarlos.
Si te formulas tal pregunta, encontrarás siempre tu
visión como muy ambiciosa y la revisarás y le impedirás
su curso, “la devalúas”, entonces.
Date el permiso de emprender un objetivo más grande que
tú!
La forma como lograrás tus fines será quizá una total
sorpresa para ti.
Tu primer objetivo es quizá, ganar mucho dinero. Recuerda
entonces que tienes una misión que cumplir sobre la
tierra para ser lo mejor de ti mismo.
El dinero por el dinero no ha constituido nunca, una
razón de ser.
El dinero es sólo un símbolo de energía que permite ir a
mercar sin tener que cambiar trescientos gramos de poemas
contra un kilo de pan.
Fijarte tus objetivos financieros es útil, a condición de
conservar en tu mente, cómo ellos contribuirán a tu razón
de ser.
Otro ardid es confundir el símbolo con la experiencia
buscada.
Un bonito caballo, una gran casa, un cuerpo esbelto, un
viaje por el mundo en barco, una carrera lograda, e
incluso una relación amorosa o una experiencia
espiritual, no constituyen un fin en sí mismo.
Estos son medios para obtener algo otro, al interior de
ti, una experiencia interna.
Entonces, antes de fijarte un objetivo, pregúntate:
“¿Cuál es mi mas profunda necesidad? ¿Cuál es la
experiencia que deseo vivir?”
Así te das la posibilidad de ver tu necesidad satisfecha
de forma distinta a la que habías pensado. Te das una
referencia interna que te permita saber si has hecho la
buena elección y si estas en camino a lograr tu objetivo.
Muchos sueños y deseos a la vez, no constituyen una
visión, es por lo que requieres efectuar una selección y
hacer una clara descripción del resultado final al cual
aspiras.
Comienza por eliminar lo que verdaderamente no quieres.
Lo que has puesto ahí porque los otros lo tienen y porque
no puedes ser menos que ellos.
Toma cada cosa y pregúntate si verdaderamente estas listo
a trabajar por obtenerla. ¿Estas listo a pagar el precio
de tu esfuerzo, trabajo, persistencia, todo esto estando
profundamente feliz de hacerlo?
Pero por sobretodo, pregúntate, para cada cosa, ¿De qué
forma ella va en el sentido de tu razón de ser?.
Cuando hallas reducido tu lista a menos de una decena de
deseos y los hayas clasificado por orden de importancia,
según tu gusto, respóndete para cada uno de ellos, y como
si ya estuviesen logrados, las siguientes preguntas:
“En qué sabría yo que este sí era mi objetivo”
“¿Cuál será el resultado final observable?”
“¿Qué diría en mis adentros sobre mí?”
“¿Qué sentiré en ese momento?”
Es esencial que esta descripción del resultado final sea
la más precisa posible. Es esta descripción la que
constituirá tu visión.
Pon atención en lo que ahí pones, tienes todos los
chances de obtenerlo.
Las imágenes de lo que quieres lograr te serán tan
necesarias como el dibujo de un rompecabezas de miles de
piezas que quieres construir. Sin la imagen final, ¿cómo
realizarlo?.
Tu visión comienza entonces como una imagen mental
detallada de lo que quieres lograr en el futuro. Ella es
comparable con imágenes vivientes que podrás consultar en
tu espíritu a voluntad. La simple evocación de esta
imagen tendrá el poder de despertar en ti una emoción
positiva y ella te estimulará para hacer lo necesario por
obtenerlo.
Esta imagen será el tesoro que constituye el objeto de tu
colección.
Lógicamente, no hay lugar para la duda en tu visión.
Mientras más gusto y certeza, pongas en tu sueño, mayor
será su poder de atracción.
Mientras mayor precisión ahí pongas, menor tiempo
gastarás en su logro.
Una vez que tu visión sea precisa en tu mente, escríbela,
ilústrala con imágenes para guardarla en ti, y regresar a
ella cuantas veces sea necesario.
De esta forma, tu visión quedará estable aunque la
realidad diaria cambie.
Cada palabra, cada imagen y cada sonido se grabará en tu
inconsciente y se realizará con sorprendentes detalles si
te centras en el tesoro que quieres lograr.
Cuando llegue el momento de pasar a la acción, es
probable que no sepas por dónde comenzar. Eres llamado
por la colecta de muchos tesoros. ¿Debes concentrarte en
uno sólo y renunciar a los otros? ¿Puedes permitirte
proseguir muchos deseos a la vez?.
No hay una sola buena respuesta a estas preguntas. Pero
la experiencia muestra que tu eficacia máxima se da
cuando persigues un solo objetivo a la vez, con todo tu
corazón y toda tu energía.
Pregúntate:
“¿Si no pudiera realizar sino una cosa en lo que me resta
de vida, cuál sería?”
Toma entonces ese objetivo, realízalo y llévalo adelante.
Los otros seguirán.
Durante este tiempo, es bueno que tu visión integre los
siete dominios de tu existencia: tu vida intelectual,
afectiva, económica, profesional, salud física, expresión
de sí, y vida espiritual.
Esta integración supone que trabajes en más de un
objetivo a la vez. Pero, en tu búsqueda de acciones a
realizar, deberás siempre, ser capaz de poner en primer
lugar, lo más importante para ti.
Sabrás lo que constituye tu gran tesoro y los pequeños
tesoros aprendiendo a leer los signos en el gran libro de
la Vida.
La clave de tu logro será tu principal objetivo, se torna
en ti una necesidad absoluta, un sufrimiento.
Entonces tú, te re-encontrarás, haciendo lo necesario,
sin esfuerzo y sin fatiga, sin prisa pero sin pausa,
llevado por la alegría de seguir el camino que tu corazón
ha elegido.
Toma los lazos suficientemente importantes, para que
estos sean tu motivación, concéntrate en tu visión e
implícate activamente en ella.
No hay ningún otro secreto.
Te he pedido no pensar en el “cómo” en la elección de tu
búsqueda. Las búsquedas son frecuentemente sueños que
parecen imposibles y que, por lo tanto, se realizan.
Para que sea una verdadera búsqueda, es preciso que no
tengas ni la más mínima idea que cómo vas a realizarla.
Pues si la elección de tu reto está basado en lo que
crees poder hacer y si calculas tus probabilidades de
éxito, no es entonces una búsqueda, sino una elección
razonada y razonable de la que, al final del camino, te
espera la aburrición.
Guarda tus visiones para ti mismo. Tu entorno les teme
pues, cada uno cree imposible para los otros lo que cree
imposible para sí mismo.
Atención!. Aquellos que quieren verte reducido a una
visión limitada de ti mismo, son los “extingue-sueños”,
los hechiceros negros en tu ruta.
Por último, recuerda siempre que el viaje cuenta más que
el objetivo.
Es probable que tu existencia terrestre termine sin que
hayas encontrado tu tesoro.
Si tal sucede, deseo que hayas aprendido el inmenso valor
que hay en el proceso que conduce al objetivo.
Si te place realizar tus objetivos en armonía con tu
razón de ser, podrás aprender a desprenderte de los
resultados.
Pues el bienestar es un camino a recorrer, y no un
objetivo o lugar en el cual ser.

1 comentario:

  1. ese material de alain houel es un texto maravilloso

    GERARDO

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