En
términos simples la sugestión es el acto de inducir a u sujeto a realizar, admitir o ejecutar alguna cosa que
normalmente no haria en plena conciencia.
Este concepto se hizo mucho más
amplio a partir de la aparición o descubrimiento de la hipnósis en el siglo XIX
por parte del doctor James
Braid.
En la
hipnosis la persona obedece de un modo inconsciente lo que el hipnotizador con
experiencia le sugiere y/o ordena puesto
que se halla en plena disposición de sugestibilidad provocada previamente por
la supresión de sus facultades conscientes.
La
sugestibilidad de las personas pone de manifiesto un estado receptivo de ideas
sugeridas, una capacidad comun en todas las personas consciente o inconscientemente
, sin embargo la hipnosis que es una exageración de dicha sugestibilidad,
requiere ser realizada por un hipnólogo
competente y ético que maneje correctamente cada caso.
La
hipnosis es más complicada de ejecutar en tanto el paciente tenga una mente más estable emocionalmente, así
sea su deseo consciente el someterse a dicha prueba; de lo cual se desprende que sujetos con mayor
susceptibilidad e impresionabilidad son
las personas más aptas para recibir una hipnosis con éxito.
El
hipnólogo con experiencia maneja una serie de variantes según estudie al
paciente, él sabrá en que medida las sugestiones o hipnosis deben ser aplicadas
teniendo en cuenta ciertos cuidados para la integridad del sujeto.
Recordemos
que en la hipnosis el paciente queda sumergido en un trance que tiene diversos
grados, desde el más suave que produce relajamiento hasta el más intenso que
pude ser catatónico.
En
estado hipnótico, el paciente suprime parcial o totalmente la conciencia y por
ende funciones como el razonamiento, el juicio, la comprensión conciente y la
voluntad son momentáneamente puestas en pausa. En dicho estado solo quedan solo las partes automáticas e irreflexivas que
corresponden a un entendimiento limitado del sujeto como son la sensibilidad o susceptibilidad,
la impresionabilidad, la imaginación y la memoria.
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