CONTEXTO FILOSÓFICO DE LA MODERNIDAD - Mente Filosófica

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domingo, 23 de junio de 2019

CONTEXTO FILOSÓFICO DE LA MODERNIDAD




En el siglo XVII comienza la filosofía moderna con Descartes. Se inicia así el racionalismo que se caracteriza por ser una filosofía que proclama primacía de la razón como fuente del conocimiento. Esta corriente filosófica se contrapone a la filosofía empirista, que sostiene que el conocimiento se basa en la experiencia y no en la racionalidad humana. Ahora bien, salvando las diferencias entre ambas corrientes filosóficas, cabe destacar que el racionalismo y el empirismo poseen un punto de partida común. En la modernidad, la filosofía se interroga por las fuentes del conocimiento. La pregunta filosófica por excelencia es, pues, una pregunta de carácter epistemológico. En este sentido, el racionalismo sostiene que el origen del conocimiento verdadero se encuentra en la racionalidad humana. El entendimiento posee en sí mismo los conocimientos verdaderos. El empirismo, en cambio, afirma que todos nuestros conocimientos proceden de los sentidos.

En la modernidad se produce, asimismo, un “giro subjetivista” que consiste en dividir la realidad entre un “sujeto” que conoce en su mente “objetos” a través de ideas. La ontología se divide en sujetos que conocen y objetos conocidos y se abandona la actitud realista predominante en la época clásica y medieval. El realismo es una actitud hacia la realidad por la que se afirma la existencia de las cosas que pueblan el mundo. En el realismo lo importante son las cosas y sus atributos. En la modernidad, antes de preguntarnos qué son las cosas del mundo exterior a la mente, los filósofos se interrogan cómo es posible el conocimiento. En este sentido, los filósofos modernos sostienen que el escenario donde se produce el acto cognitivo es la mente de los sujetos, porque en ellas se encuentran las ideas. Los modernos, pues, se concentran en los contenidos de la mente comos modo de acercarse, posteriormente, a la realidad misma. A esta actitud se la ha denominado “idealismo”. Los filósofos racionalistas y empiristas de la modernidad son idealistas porque dan más importancia al modo de acercarnos a la realidad, mediante las ideas, que a la realidad exterior misma. Los modernos se preguntan cómo es posible adquirir conocimiento antes de preguntarse qué es la realidad.

El racionalismo es el primer gran movimiento de la modernidad y René Descartes el primero de sus representantes que se va a enfrentar activamente al escepticismo presente en su contexto de herencia pìrrónica. Los primeros filósofos racionalistas, Descartes, Spinoza, Leibniz y Malebranche, afirman que el entendimiento humano posee conocimientos verdaderos de forma innata y que mediante la abstracción y la deducción podríamos alcanzar los principios últimos de la racionalidad. Los racionalistas defienden la idea de que estos conocimientos, que permiten que el mundo sea inteligible, han sido puestos en las mentes de los humanos por el principio y fundamento último de la inteligibilidad. Por otro lado, el empirismo, el segundo gran movimiento de la modernidad, mantiene que el origen y el valor de los conocimientos dependen de la experiencia sensible. Al usar el término de empirismo nos referimos al empirismo británico del siglo XVIII, caracterizado por constituir una respuesta histórica al racionalismo del siglo XVII. Los empiristas niegan la existencia de conocimientos innatos y afirman que todo nuestro conocimiento procede de la experiencia. Esta corriente se inicia con J. Locke, se radicaliza con Berkeley y culmina con D. Hume. Conviene señalar que estos autores están influenciados por la Ilustración y sus ideales.

También existen puntos comunes a las corrientes filosóficas modernas del empirismo y racionalismo. En primer lugar, en la modernidad, una de las temáticas filosóficas generales más importantes es la temática epistemológica. El centro de la teoría del conocimiento es la “idea”. Es decir, para los filósofos modernos el conocimiento es un conocimiento de ideas. Las ideas son representaciones (o copias) en la mente de la realidad.

En segundo lugar, los filósofos modernos se preguntan por el origen del conocimiento, es decir, por el origen de las ideas. Los racionalistas piensan que las ideas verdaderas y que pueden ser justificadas nacen con el sujeto y se encuentran en la conciencia o en el intelecto humano. El empirismo, en cambio, estudia el origen de las ideas. Los empiristas consideran que la conciencia o la mente está vacía. La mente adquiere conocimientos porque se va llenando de contendidos empíricos o de datos sensibles.

En tercer lugar, racionalistas y empiristas comparten la creencia de que el modo más rápido de conocer es mediante la intuición. Ahora bien, los racionalistas hablan de una intuición intelectual por la que la mente capta la verdad sobre las ideas de modo racional y abstracto. Los empiristas, en cambio, sostienen que para conocer es necesario tener intuiciones de tipo senso-perceptuales. Sin percepciones sobre la experiencia la mente está vacía y no hay posibilidad de hablar del conocimiento.

En síntesis, los racionalistas y los empiristas comparten estos puntos comunes. Y sus notables diferencias quedan marcadas porque la primera corriente defiende que la razón es autónoma y puede conocer por sí misma las verdades –contenidas de forma innata por el intelecto–, mientras que el empirismo hace depender a la mente o conciencia del sujeto de los datos de los sentidos.




Fuente:   

www.juntadeandalucia.es

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