Las personas tienden a imaginar que la ambición
puede ser un rasgo o característica negativa de la personalidad de un
individuo, no obstante, dicha peculiaridad no sólo la pueden desarrollar
personas perversas, egoístas o viles.
De igual forma, se tiene la falsa creencia de
que la ambición está ligada
directamente con el poder o el
dinero; ésta surge y fortalece empleando como estímulo motivos intrínsecos o
metas personales que le dan sentido a la existencia del ser humano.
Características de la ambición saludable
La adecuada dosis de ambición es sustancial
para mantener la mente y enfoque
directo en las metas y objetivos que marquen la vida de un
individuo; por tanto, las personas que sepan emplearla para superarse a sí
mismos tienden a mantener las siguientes características:
l Optimismo.
l Alta capacidad creativa.
l Buen sentido del humor.
l Increíbles habilidades
sociales.
l Gran manejo de las emociones.
l Aprovechan cada oportunidad.
l Constancia y perseverancia.
l Evitan todo sentimiento que se interponga entre ellos y su meta.
l Son conscientes de ellos mismo y de sus acciones.
l Toman la iniciativa y responsabilidad de los
hechos que les corresponde.
l Independientes
Las
consecuencias de no tener una ambición saludable
Cuando en una persona desarrolla un exagerado
grado de ambición se debe tener
presente que ésta puede ocasionar ciertos inconvenientes: La autodestrucción
del individuo o la manifestación de una ambición
negativa.
Sin embargo, hay que señalar los efectos de la
carencia de la misma; la falta de
ambición puede evitar que las personas se arriesguen por lo que quieren, o
no actúan por permanecer constantemente en su zona segura.
Aunque el hecho de no correr riesgos o esfuerzos
innecesarios signifique una ventaja, se debe tener en cuenta que,
mantenerse alejado de las dificultades y el estrés, determina la idea de renunciar a las metas que le dan un sentido a la vida; ésta no se volverá negativa,
pero sí insípida.
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