Probablemente la tradición más
absurda y estúpida heredada de los españoles por algunos países de
Latinoamérica y copiada por algunos de
Europa es la corrida de toros.
Dado que en Panamá y Ecuador se
prohibieron ya las corridas de toros sólo quedan 7 países donde están autorizadas: México, Colombia, Perú, Venezuela, Portugal, Francia y España.
En Cataluña y Las Islas Canarias y en Bogotá están prohibidas.
Y en algunas ciudades de México, Perú, España y Colombia están en vía de
prohibirlas.
Conforme se desarrollan las sociedades hay una mayor toma de
conciencia del tema y se tiene claro por las nuevas generaciones que se trata
de una práctica cruel y sangrienta. No es necesario describir lo salvaje de esa
“tradición” ya todos lo sabemos mediante las miles de imágenes que alguna vez
aun sin querer hemos visto.
Lamentablemente la empatía y sensibilidad con los animales es
algo que muchas personas no consideran y entre ellos están los aficionados a
esta especie de barbarie de sangre y dolor que tortura a un ser vivo que no por
ser recio y bravo merece ese castigo.
Esta innoble tradición
es una especie de vestigio de las antiguas luchas sangrientas en los coliseos
romanos donde la gente que asistía de espectadores no eran precisamente
esclavos sino gente pudiente sedienta de observar un baño de sangre como espectáculo
para disfrutar.
En lo más intrínseco y malvado de muchos seres humanos debía
quedar algo de esa barbarie y dado que no se podía ya hacer con seres humanos,
teniendo como origen España se utilizaron toros para saciar y dar disfrute a la
bestialidad más arraigada en los genes del ser humano cruel y abyecto.
El sadismo de esta actividad de torturar un pobre animal antes
de matarlo no es compatible con mentes elevadas, no se puede considerar “noble”
a una persona que disfruta de las corridas de toros. Así que esos “aires” de personas de buen
linaje o alta sociedad que se quieren dar algunos no revela más que su carácter
salvaje y de corto entendimiento.
Los que defienden esta bestialidad argumentan muchas cosas, todas ellas fácilmente refutables,
¿Qué es una tradición? Si, una estúpida tradición. ¿Qué es cultura? Pues
aceptando que lo sea, es una mala cultura que no tiene nada bueno que enseñar. ¿Qué
es arte? Jamás lo podría ser, pues está
relacionada con algo que degrada al ser humano y el arte más bien enaltece al hombre
identificándolo en sus mejores talentos y cualidades.
Nada relacionado al arte aplica en este caso, pues la corrida
de toros no es otra cosa que el placer de ver como se asesina a un animal con
el agregado de inflar la falsa valentía de un señor llamado torero que “arriesga”
su vida pero con todas las ventajas para él: toro que previamente es herido con
puyas y banderillas para que este “valiente” le incruste la estocada final al animal herido
y mareado ante el júbilo de un grupo de energúmenos y sádicos espectadores.
Otro argumento que utilizan los taurinos no va a favor de su “causa”
sino en cuestionar a los que están en contra de este “baño de sangre·. Dicen
que si defendemos a los animales deberíamos ser vegetarianos o algo así. No deberíamos
comer carne según ellos, que somos una especia de hipócritas o algo así.
Hay personas que son vegetarianas y otras que no, pero
seguramente muchas personas, como es el caso de quien escribe, si tuviera que
matar para comer carne se volvería vegetariano.
Hay una cuestión fáctica que señala que el hombre se alimenta
de proteína animal, allí hay una situación
de nutrición requerida por la mayoría de personas que viene a ser una necesidad
proteínica para el ser humano, no es una cuestión de disfrutar como el animal
muere lentamente, si alguien pensara en eso seguramente habría en este mundo
mucho más gente vegetariana, así pues hay razones fácticas que justifican elegir
comer carne porque alimentarse si es una necesidad más no lo es, divertirse
viendo la tortura de un animal.
Buscan los taurinos tener referentes entre artistas e
intelectuales que los apoyen, pero ya no podrán con la gran movilización de
pensamiento que está a nivel mundial. No hay forma de detener la avalancha de
voces en contra que no permitirá que las nuevas generaciones se contaminen de esta
barbarie.
Que salga algún intelectual como Mario Vargas Llosa o algún cantante
que crea tener gran llegada el público, pues adelante, igual nadie sensato les hará
caso, como no les apoyan tampoco cuando proponen la legalización de las drogas.
Incluso se ha tratado de dialogar con los taurinos para quizás
promover y realizar eventos donde el toro solo corra y el torero use la muleta
o capote para esquivarlo, sin que muera el animal; pero no, ellos quieren ver
sangre, quieren ver morir al animal muerto después de la tortura. Siendo así no
hay forma de discutir alturadamente con a
estos irracionales, no queda más que la abolición definitiva de las corridas de
toros.
Los taurinos aquí en Perú, encima de todo tienen el descaro de ponerle el nombre de “Feria del
Señor de los Milagros” a sus eventos de octubre como si Jesucristo tuviera alguna identificación con el maltrato
a los animales.
Aquí en Perú ya hay muchos colectivos de jóvenes que luchan
por abolir las corridas de toros en el país, luchan aun contra un grupo de la
clase social alta de Lima minoritario pero con mucho poder económico que maneja
incluso algunos medios, pero estamos seguros que hemos de lograr el objetivo en
los próximos años y por fin prohibir definitivamente este baño de sangre en el país
como ya se hizo en otras partes del mundo.
MARDAM
─Particularmente me parece que no debería haber maltrato a ningún animal. Pienso que, las persnonas que disfrutan ver sufrir a un animal, sea cual sea es, un acto de cobardía y de aberración... Esa misma persona le gusta Ddvertirse con el mal de sus semejantes, lo dosfrutan de igual manera. Son seres de pocos sentimientos que serían capaces de cualquier cosa con tal de lograr su entretenimiento...
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