Desde hace algún tiempo la ideología de izquierda debido a la propia necesidad de los tiempos modernos, debió dejar atrás sus obsoletas ideas respecto del "proletariado", "imperialismo" y la "justicia social" para parir un concepto más acorde con la época de la información e Internet, dicha tendencia se hizo llamar "Progresismo".
Esta definición en principio, estarla referida a luchas por establecer una igualdad en la lucha por el progreso en todos los campos de la sociedad, para los distintos grupos, sin distinción de sexo, raza, opción sexual, nacionalidad, cultura, clase social, religión, etc.).
El concepto básico suena muy interesante y atractivo principalmente para los jóvenes que tratan de orientarse políticamente a los ideales que estén mas alineados con la igualdad social y separados de las formas corruptas de gobiernos de derecha.
En Perú, y en muchas partes de Latinoamérica y el mundo, este progresismo no es mas que la misma izquierda reciclada que conscientemente sabe que no puede ir en contra de la modernidad, que debe aceptar conceptos sobre el libre mercado, las inversiones y aceptar la democracia como el mejor sistema para gobernar un pueblo.
En este país incaico, hay casi una dictadura de estos grupos, han copado los medios de comunicación, la política, la fiscalía, el poder judicial y hasta, aunque no lo crean, parte de la iglesia; de forma que cualquier que quiera ir en contra de sus ideas, es atacado desde esas posiciones con fiereza siendo acusado de corrupto, homofóbico, ignorante y violento.
Lo curioso, es que justamente, en esas marchas que muchos de ellos realizan, resultan ser los mas violentos, aquí en Perú hace poco, a fines de 2018, uno de estos que se dicen "indignados por la corrupción" ataco a un político de mas de 70 años y lo golpeo en el suelo. Ni que decir lo que paso en Brasil con el simpatizante de Lula que acuchillo a Bolsonaro.
Este progresismo que vivimos, por muchas cosas, más nos parece perverso, por no decir pervertido. Mientras se exhiben por las calles como los grandes hombres y mujeres honestos y justos, reclaman por castigo para los corruptos de derecha, pero se olvidan de los que son ideologicamente como ellos. Para ellos la corrupción de los que dicen apoyar a los trabajadores y se llenan los bolsillos con plata sucia, esa corrupción o no existe o se hacen de la vista gorda.
Mientras lavan banderas hipocritamente, apoyan con el pretexto de la "libertad", todo aquello que va en contra de una sociedad sana. Son promotores del aborto en cualquier etapa, apoyan la legalización de todo tipo de drogas, promueven perversamente que se les enseñe a los niños acerca de temas que no están en condiciones de entender y por si fuera poco son, en un gran numero gente radical y extremista, siempre enemigos de la fuerzas armadas y policiales apoyando muchas veces reparaciones civiles e indemnizaciones para delincuentes y terroristas desde sus guaridas disfrazadas de ONGs.
Aquí en Perú una ex-ministra de justicia dijo alguna vez que eso de hablar de "caviares", era una tontería y seguramente lo dijo porque es difícil reconocerse a si misma. Ella encaja perfectamente en ese perfil de quien se dice ser progresista, alguien que se llena la boca hablando de justicia y derechos humanos con voz cadenciosa pero cuando se trata de enemigos políticos, "que se pudran en la cárcel".
Comenzando este 2019, encontramos en Perú un panorama dominado política y mediáticamente por este grupo de caviares o progresistas que han sostenido un sistema que apoya a un presidente improvisado que dejó escapar en forma inaudita mediante su ministro del interior a un juez corrupto que conoce muchos casos de políticos, incluidos los de él.
Solo una periodista ha tenido el valor de investigar el tema, ¿Creen ustedes que los demás medios se han preocupado de investigar ello? Claro que no, porque están vinculados por el poder económico de la publicidad que les da el Estado.
Siendo así, ya sabemos que con este progresismo instalado aquí en Perú, los corruptos empresarios que se asociaron con Odebrecht podrán respirar con toda tranquilidad, y así será mientras haya un tácito acuerdo entre un gobierno rudimentario y una fiscalìa y poder judicial acomoditicios al poder de turno.
MARDAM
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