Toda creencia que consienta la interpretación personal, realidad y valores morales, influyen en la formación de la madurez emocional; éstos alteran de cierto modo el comportamiento de los individuos y, en otras ocasiones, suelen a ser abrumantes e insoportables.
La presión
ejercida por la existencia misma
recae en los hombres, quienes no temen al castigo eterno, sino que buscan
incansablemente proporcionar las bases necesarias para satisfacer el equilibrio emocional.
¿En qué consiste la crisis existencial?
La crisis
existencial se traduce a una sensación
de vacío que reemplaza todo sentimiento empleado para rellenar salidas o
huecos personales; al contrario del borreguismo que, en algún instante
desencadena los mismos trastornos psicológicos.
En cierto punto de la vida, los individuos
comprenden que las redes que éstos conocían, además de ser un engaño, se hallan
en declive: Las relaciones sociales, pareja, familiar, economía, nación, educación,
etc.
La nueva perspectiva
social exige otras responsabilidades a las que no se está acostumbrado;
demandando valentía y un mayor desempeño para sobre compensar el trastorno
experimentado. Por otro lado, también responde a un nuevo nivel de madurez emocional.
¿Cómo
tener felicidad y vivir consciente?
Por lo general, la felicidad no es más que una ilusión.
Su búsqueda se convierte en un ciclo
vicioso donde la persona imagina haberla encontrado, pero desaparece;
repitiéndose constantemente en minuciosidades.
Por otra parte, la verdadera felicidad consiste
en la fidelidad a uno mismo: Conocer el equilibrio
que existe entre el conocimiento y
la riqueza interior.
Hallar un propósito definido es vital para
mantener una mejor visión sobre el futuro inmediato, eliminar las dudas y
trabajar a consecuencia del éxito emocional. En otras palabras, el hombre
necesita un objetivo que le permita
sentirse importante y productivo.
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