Los órganos
humanos elaboradores de forma artificial, mediante impresoras 3D, son un
gran avance para la biología sintética y la ingeniería de tejidos, disciplinas que
giran en torno a la creación o imitación de los órganos y funciones ya
existentes en el hombre.
Sin embargo, con el exponencial avance de la
materia, ¿es posible que se creen órganos artificiales que cumplan o superen
las funciones de los naturales? A continuación, se detalla más al respecto.
Creación de órganos artificiales
Un grupo de científicos de la Universidad
Pompeu Fabra ha evaluado los posibles límites de la disciplina.
Determinan que sí es posible crear un morfoespacio
que contemple todas las formas y funciones biológicas posibles con la capacidad
de organizar el universo de los órganos naturales y artificiales. El estudio
constata, además, que se dispondría de una gran variedad de alternativas
biológicas ignorada por la evolución.
La creación de nuevos organismos vivos es
tanto el último como el principal objetivo de la biología sintética, cuya
aparición data a principios del milenio. Durante la última década, la
tecnología ha avanzado lo suficiente para manipular genéticamente bacterias que
degraden polímeros de plásticos y recrear un riñón humano con la impresora 3D.
Sin embargo, se podría “pensar en la creación
de nuevos órganos que mejorar las funciones de los ya existentes,” comentan los
autores del estudio.
A medida que avanza la biología sintética e
ingeniería de tejidos, es preciso reconocer los límites de lo posible en lo que
a crear organismos se refiriere.
Los científicos
del laboratorio de sistemas
complejos de la Universidad Pompeu
Fabra han definido el espacio de las estructuras biológicas conocidas y
están aseguro que utilizar la biología sintética ayudará a indagar en los
caminos “no explorados por la evolución.”
Innovaciones
¿Sería la especia humana crear nuevas especies
inteligentes o darle al hombre la capacidad para respirar bajo el agua? Los
avances de estas disciplinas han sido, sin duda alguna, notorios. Pero se está
muy lejos de verificar estas hipótesis.
Entre los inventos actuales más sorprendentes,
se destacan:
·
Organs-on-a-chip: dispositivos capaces de
recrear las funciones de un órgano real a microescala, permitiendo su estudio,
y;
·
Organoides en cultivo 3D: cuyo proceso de
desarrollo estructural es semejante al de los órganos naturales, disfrutando la
autoorganización de un papel crucial.
No obstante, los responsables del estudio
determinan que no es “preciso limitarse a fabricar órganos y tejidos que ya
existentes. Tendríamos un amplio catálogo de posibilidad para mejorar a la
especie humana, permitiéndonos avanzar a niveles superiores y más rápido de lo que
podría la selección natural.”
Muchas de las nuevas estructuras y funciones
biológicas se encuentran fuera del alcance de la evolución, por eso, “si nos
liberásemos de los límites vinculados a lo primitivo, estarían en juego nuevas
reglas, y probablemente más asequibles, para la ingeniería biológica.”
Los grados de complejidad de desarrollo se
integran por las mezclas de células y la creación
de órganos que puedan sustituir a los naturales.
Los sistemas poco desarrollados serían
denominados quimiostatos: cultivos bacterianos usados en la industria para la
elaboración de ciertas sustancias, como antibióticos.
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