Los procesos mentales están combinados por los conocimientos tanto conscientes como inconscientes, los cuales están en constante interacción, en otras palabras, mientras que el inconsciente está gestionando un 90% de lo que realizamos, la parte consciente no tiene ni idea de lo que sucede, en cambio esta activada para los nuevos e importantes estímulos, ya que, no es posible poder procesar todo lo que sucede alrededor nuestro.
La
mente inconsciente
Engañar a la mente inconsciente no es
tan complicado como se piensa. Muchos de los expertos lo han demostrados a
través del siguiente experimento:
William es un individuo seleccionado al azar.
Y una persona cercana a él lo considera alguien
“servicial, pero, en la mayoría de los casos, tímido y retraído. De carácter
organizado, disciplinado y metódico. Sin embargo, está poco interesado por las
personas y el mundo. Se caracteriza por su gran obsesión por los detalles.”
Teniendo en cuenta que en el Occidente existe
un bibliotecario por cada 20 agricultores ¿entonces, quién es Steven? ¿Un
bibliotecario o agricultor?
La respuesta que brinda la mayoría
de las personas es: bibliotecario. Puesto que tiene el estereotipo aplicado a
esta labor.
Sin embargo, la correcta es:
agricultor.
Si William ha sido elegido al azar (considerando
que por cada 20 agricultores, existe un bibliotecario), lo más probable en que
se dedique a la agricultura.
Este es un claro ejemplo sobre cómo la mente inconsciente tiende a engañar al individuo con el famoso
pensamiento rápido.
En la década de 1970, los psicólogos Daniel
Kahneman y Amos Tversky publicación un ejemplo similar en la renombrada revista
científica Science. El ejercicio de
estos científicos fue determinante para concluir que el hombre tiene dos formas
de pensar: la mente consciente e inconsciente.
El primer sistema o inconsciente, también
denominada reactiva, está orientada al pensamiento rápido y automático. Se
integra por los juicios e ideas prestablecidas.
En este caso, se procesan las decisiones de forma
intuitiva. Como un experto, quién, tras observar con frecuencia un mismo
patrón, puede reconocer a simple vista irregularidades en el mismo.
También se encarga de determinar cuándo una persona
desarrolla el secuestro emocional. Lo que complica ver la realidad gracias a
vivir una emoción con gran intensidad.
El segundo sistema o consciente, se caracteriza
por ser más lento, puesto que requiere tiempo para elaborar una conclusión.
Es empleado en la realización de cálculos
complejos y premia la concentración. Surge, es especial, cuando el primer
sistema está obstruido o se encuentra en una situación que activa el “modo
alerta.”
Aunque todos cuentan con ambos sistemas, el
segundo se encuentra en segundo plano. Una aclaración que realiza Kahneman en
su libro Pensar rápido, pensar despacio.
Concluye y afirma que “el cerebro es perezoso por supervivencia.”
¿Cómo
se conforma el cerebro?
El cerebro
se caracteriza por consumir hasta el 20 por ciento de la glucosa y oxígeno del
cuerpo, aunque solo represente el 5 por ciento de la masa total. Por tanto, las
respuestas rápidas, sin un análisis previo, están elaboradas para evitar el
consumo excesivo de energía.
De igual forma que se puede confundir a un
agricultor por un bibliotecario, las personas, en su día a día, tienden a
colocar etiquetas a otras. Bien sea por su ropa, forma de actuar, tendencia sexual,
léxico y sintaxis, cuerpo, rasgos faciales, color de piel, etc.
En consecuencia, los mayores expertos se dan
dedicado a conocer más sobre el tema, reconociendo que, aunque el inconsciente sea el predominante, se
puede usar el consciente a voluntad.
Kahneman ganó el Premio Nobel de Economía en
2002 gracias a su contribución. Y Tversky, por su parte, había fallecido años atrás.
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