La
filosofía de la ilustración fomentó
sus bases de las doctrinas del pensamiento racional que surgió durante el siglo
XVII con el primordial aporte de Descartes,
la duda metódica y las leyes de la física, representando un gran impacto en la
comunidad científica gracias a los hallazgos de Sir. Isaac Newton.
La
ilustración es un movimiento
intelectual que se inició en el continente europeo entre 1688 y la Revolución
Francesa; afectando principalmente a Inglaterra, Alemania y Francia.
El objetivo de la filosofía de la ilustración
La
ilustración se manifestó con
la finalidad de disolver las nubes que cegaban a la humanidad por medio del
razonamiento; ya que los pensadores
de esta época mantenían que el conocimiento era capaz de alejar la tiranía,
superstición e ignorancia.
Ciertamente este movimiento tuvo gran influencia en diversas áreas cercanas a las
ciencias sociales, políticas y económicas. Pues, buscó fomentar la revolución
del conocimiento; siendo interpretados por sus seguidores como las bases de la
evolución o del progreso.
La crítica se caracterizó por una herramienta
sustancial para el análisis, y un fundamento en los ilustrados. Por otro lado,
el concepto capitalista que genera
esta doctrina se mantiene debido a la idea defendida por Bacon: «El
conocimiento es poder».
La filosofía social y la política en la ilustración
El
liberalismo aristocrático fue
formulado por Montesquieu, el cual predice que el origen del derecho y la
sociedad no se halla en el contrato establecido por la sociedad en cuestión,
sino por los instintos del ser humano y los recursos que le rodean.
Por lo tanto, una correcta representación del
gobierno debe manifestarse de acuerdo a la separación de los cuerpos
intermedios, poderes y descentralización.
El
utilitarismo político se
caracteriza por ser materialista y conservadores, mientras que las ideas
rebeldes, tienen su origen de los pensamiento democráticos y la noción de
proletariado.
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