Todas las personas son sometidas a grandes
experiencias en algún punto de su vida, ya sea el primer día de clase,
universidad, trabajo, al otra cuidad, vivir solo o comprometerse.
Todas pueden ser experiencias realmente
significativas a un individuo, no obstante, en algunas ocasiones, los cambios
suelen ser internos, obligándolos a adaptarse.
Consejos para afrontar los cambios
La peor decisión que se puede tomar, es
resistirse al cambio que, bien se sabe, es inevitable. Para poder combatirlos
hay que deshacerse del temor, ansiedad o vergüenza.
En caso de intentar evitarlo o retrasar los
sucesos, se producirá una sensación de improductividad, ocasionando que al
final, no se tenga la energía necesaria para resistir el impacto emocional,
físico o psicológico.
Para que un cambio logre ser menos influyente
en la vida de una persona, es
requerido que ésta tome consciencia sobre su posible impacto. Cuando se cambia
de perspectiva, los problemas se ven de forma distinta, ubicando las posibles
ventajas que se puedan aprovechar de estos. Siempre que se mantenga el
optimismo presente, los cambios son una nueva oportunidad para crecer.
Adaptarnos a los cambios
Un gran porcentaje de la población, tiene la
falsa creencia de que equivocarse es
horrible, los hace sentir fracasados
e incapaces, no obstante, los errores están para enseñarle a los individuos métodos que no funcionan, o que pueden
existir otros más óptimos.
El riesgo se mantiene presente y las circunstancias no bajan de dificultad,
por tanto, mantener el control es complicado o imposible. Mantenerse
concentrando en el área de influencia, es decir, aquellas cosas que se puedan
controlar, es mucho más saludable y eficaz que enfocarse en los aspectos negativos o dependiente de
terceros.
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