Durante la
Edad Media se extendió y fortaleció a nivel cultural diversas religiones,
principalmente la cristiana. La
filosofía se encuentra en la disposición de las practicas religiosas,
teniendo preferencia entre la musulmana, cristiana y judía.
Por otro lado, la mayor parte de los pensadores
de este período mantenían contacto con los escritos griegos debido a la cercanía de ambas épocas, además, la filosofía oriental y la griega tienen
sus orígenes de lo que hoy se conoce como la cultura occidental.
Origen de la filosofía medieval
Surge de constantes ataques; mientras se
establecía y expandía la ideología del
cristianismo amenazando la filosofía
que sostenía el Imperio Romano.
A partir de la muerte de Alejandro Magno en 323
(a. C.) hasta la batalla de Actium en 31 (a. C.) se desenlazó el Período
Helenístico, no obstante, el Imperio Romano se mostró imponente hasta el siglo
V cuando terminó doblegándose ante los bárbaros.
Los principales lenguajes que se emplearon para
escribir sobre filosofía son el griego y
el latín, no obstante, el conocimiento sobre estos idiomas son casi nulo,
puesto que en la actualidad no muchos los comprenden.
Gracias a la influencia de Grecia se magnificó el conocimiento de la filosofía y se expandieron las escuelas helenísticas y la
sustentación del Imperio.
Estos desenlaces culturales llegaron a ser
relevantes para la evolución del
occidente y el establecimiento del cristianismo, en otras palabras, su
influencia significó un gran aporte para el triunfo de la religión.
Características
de la filosofía medieval
Esta doctrina desencadenó ciertas tendencias,
empleadas para renovar tanto la fe como la razón. Entre estas se hallan:
El nacimiento de la teología.
Se incrementó la preocupación de grandes
pensadores religiosos al juntar las filosofías.
La
doctrina de Platón era
demasiado fuerte. Por lo tanto, las personas prefirieron regirse por lo
racional.
Dios y su existencia se convirtieron en el eje
central de las investigaciones
filosóficas.
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