Los
filósofos tienden a emplear
esta estrategia para condicionar diversas interrogantes filosóficas. Por tanto, su principal cualidad se centra en la duda,
complementado por la dialéctica y los argumentos basados en los hechos que
acontecieron en cierta situación.
¿Qué es el método filosófico?
Viene siendo la duda es sin duda la primera
opción que eligen los pensadores ante un tema. Todo filósofo se entrena para juzgar y encontrar respuesta a aquello que
lo rodea o siente. Por ende, la mayor influencia en un trabajo filosófico se centra en la duda;
cuestionar una creencia o un antecedente que se daba por correcto.
Por otro lado, los pioneros de la doctrina
dieron por hecho que mediante el acto de juzgar se puede llegar rápidamente
hacia el conocimiento.
¿Cómo
funciona el método de filosofía?
Una gran parte del tiempo los pensadores lo
aprovechan para comprender el qué, por qué y cómo de un hecho. Ya que desean
encontrar una respuesta a la incógnita, que sea precisa y coherente con la
interrogante.
Pues, entender la raíz de todo problema
conlleva a desarrollar soluciones más efectivas. Entre los puntos más
esenciales se hallan:
Explicación: Su finalidad es hallar una respuesta
coherente para el origen del problema. Sin embargo, la explicación no ha de ser
definida en cada uno de sus aspectos, pues, lo primordial es que sea precisa,
entendible y racional.
Justificación: Sostiene los hechos, y busca las
condiciones que fomenten las posibles soluciones. Comúnmente las distintas
teorías que se formulan para el por qué de un tema debe estar relacionado con
este lógicamente.
Método empirista: Éste defiende la idea de que
el conocimiento surge del camino
inductiva, el cual es guiado por la intuición y la experiencia sensible.
Método empírico-racional:
Presenta una hipótesis realmente interesante, pues, dicta que la verdadera
fuente de conocimiento del hombre,
procede del entendimiento y sus sentidos.
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